El punto de marchitez permanente es un concepto que se utiliza en la agricultura para determinar el nivel mínimo de humedad del suelo que permite la supervivencia de las plantas. Se trata de un valor crítico que depende de varios factores, como el tipo de suelo, el tipo de planta, el clima y el manejo del cultivo. Si el contenido de agua del suelo desciende por debajo del punto de marchitez permanente, las plantas se marchitan irreversiblemente y mueren.
¿Qué es el agua del suelo y cómo se mide?
El agua del suelo es el agua que se encuentra en los espacios porosos entre las partículas del suelo. Esta agua puede estar más o menos disponible para las plantas, según la fuerza con la que se adhiere al suelo y la fuerza con la que las raíces pueden extraerla. Para medir el agua del suelo se utiliza el concepto de potencial hídrico, que expresa la energía que tiene el agua en una determinada situación. El potencial hídrico se mide en unidades de presión, como bares o atmósferas.
El potencial hídrico del agua del suelo puede ser positivo o negativo. Cuando es positivo, significa que el agua tiene una presión mayor que la atmosférica y tiende a salir del suelo por gravedad. Esto ocurre cuando el suelo está saturado de agua, como después de una lluvia intensa o un riego abundante. Cuando es negativo, significa que el agua tiene una presión menor que la atmosférica y tiende a quedarse en el suelo por adherencia. Esto ocurre cuando el suelo está seco o parcialmente húmedo.
El potencial hídrico del agua del suelo depende de dos componentes: el potencial mátrico y el potencial osmótico. El potencial mátrico es la fuerza con la que el agua se adhiere a las partículas del suelo por capilaridad y adsorción. El potencial mátrico es siempre negativo y depende de la textura y la estructura del suelo. El potencial osmótico es la fuerza con la que el agua se mueve hacia las zonas con mayor concentración de solutos, como sales o nutrientes. El potencial osmótico es también negativo y depende de la salinidad y la fertilidad del suelo.
¿Qué es el punto de marchitez permanente?
El punto de marchitez permanente es el valor del potencial hídrico del agua del suelo al cual las plantas no pueden extraer más agua y se marchitan definitivamente. Se considera que el punto de marchitamiento permanente coincide con un potencial hídrico de -15 bares o -1,5 MPa, aunque este valor puede variar según el tipo de planta, el clima y el manejo del cultivo.
Cuando el contenido de agua del suelo alcanza el punto de marchitez permanente, las plantas no pueden mantener su turgencia celular ni realizar sus funciones vitales, como la fotosíntesis, la respiración o la transpiración. Las hojas se enrollan, se decoloran y se caen. Las raíces se contraen y pierden contacto con el suelo. El crecimiento se detiene y la producción se reduce o se pierde.
¿Cómo se determina el punto de marchitez permanente?
Para determinar el punto de marchitez permanente se pueden utilizar diferentes métodos, como los siguientes:
- Método gravimétrico: consiste en medir la masa de una muestra de suelo antes y después de secarla en un horno a 105°C durante 24 horas. La diferencia entre ambas masas representa el contenido de agua del suelo. Este método es simple pero requiere mucho tiempo y material.
- Método volumétrico: consiste en medir el volumen de una muestra de suelo antes y después de secarla en un horno a 105°C durante 24 horas. La diferencia entre ambos volúmenes representa el contenido de agua del suelo. Este método es más rápido y preciso que el anterior, pero requiere un equipo especializado.
- Método tensiométrico: consiste en medir la tensión o potencial hídrico del agua del suelo mediante un instrumento llamado tensiómetro, que consiste en un tubo con una membrana porosa en un extremo y un manómetro en el otro. El tensiómetro se introduce en el suelo y se conecta con el agua del suelo a través de la membrana. El manómetro indica la presión que ejerce el agua del suelo sobre la membrana. Este método es directo y continuo, pero requiere una calibración periódica y una buena instalación.
- Método capacitivo: consiste en medir la capacidad eléctrica o dieléctrica del suelo mediante un instrumento llamado capacitómetro, que consiste en dos electrodos que se introducen en el suelo y se conectan a un circuito eléctrico. El capacitómetro genera una corriente alterna de baja frecuencia que atraviesa el suelo entre los electrodos. La capacidad eléctrica del suelo depende del contenido de agua del suelo, ya que el agua tiene una capacidad dieléctrica mayor que el aire o las partículas del suelo. Este método es rápido y no destructivo, pero requiere una calibración previa y una buena conductividad del suelo.
¿Cómo se puede evitar el punto de marchitez permanente?
Para evitar que el contenido de agua del suelo llegue al punto de marchitez permanente, se deben aplicar prácticas de manejo adecuadas, como las siguientes:
- Realizar un riego oportuno y eficiente, que aporte la cantidad de agua necesaria para mantener el suelo en un nivel óptimo de humedad, sin exceder la capacidad de campo ni descender al punto de marchitez permanente. Para ello, se debe conocer la demanda de agua del cultivo, la oferta de agua del suelo y el clima, y utilizar métodos de riego adecuados, como el riego por goteo o el riego por aspersión.
- Mejorar la estructura y la fertilidad del suelo, que influyen en la capacidad de retención y disponibilidad de agua del suelo. Para ello, se debe incorporar materia orgánica al suelo, como compost o estiércol, que mejora la porosidad, la aireación y la actividad biológica del suelo. También se debe evitar la compactación y la erosión del suelo, que reducen el espacio poroso y el movimiento del agua en el suelo.
- Utilizar plantas adaptadas al clima y al suelo, que tengan una mayor resistencia a la sequía y una menor demanda de agua. Para ello, se debe seleccionar variedades o especies que tengan características como un sistema radicular profundo y extenso, una menor superficie foliar, una mayor eficiencia en el uso del agua o una mayor tolerancia a la salinidad.
- Aplicar técnicas de conservación de agua en el suelo, que reduzcan la pérdida de agua por evaporación o escorrentía. Para ello, se puede utilizar el acolchado o mulching, que consiste en cubrir el suelo con materiales orgánicos o inorgánicos, como paja, plástico o piedras, que disminuyen la temperatura y la radiación solar sobre el suelo. También se puede utilizar la rotación o asociación de cultivos, que consiste en alternar o combinar diferentes tipos de plantas que aprovechan mejor el espacio y el agua disponibles.
El punto de marchitez permanente es un indicador clave para el manejo del agua en la agricultura. Conocerlo y evitarlo es fundamental para garantizar la salud y la productividad de las plantas. Para ello, se deben utilizar métodos adecuados para medirlo y prácticas adecuadas para prevenirlo.
Fuentes:
